Un salto al 2.030

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El mes pasado utilicé este espacio para lanzar un mensaje de futuro y presente. Me situé en el año 2030, donde los coches probablemente se autopiloten y la movilidad en nuestras carreteras sea más parecida a la que recorría aquel DeLorean pilotado, hace ya algunos años, por Marty McFly.


Y es que no puedo evitar volar nuevamente al 2030. Aunque parezca tan lejano, apenas son 13 años los que nos separan de una fecha que ya muchos señalan en el calendario de la automoción como determinante. Leo que se estiman 500 millones de vehículos eléctricos para entonces, con un compromiso mundial alcanzado en las últimas semanas en París. Una cifra sencillamente brutal. Sobre todo si analizamos los datos: a día de hoy, el parque internacional cuenta con más de millón y medio de coches eléctricos (de los que el 80% se encuentran en Estados Unidos, China, Japón, Holanda y Noruega). Quedan algo así como 498 millones y medio para cumplir con el objetivo. Es decir, que se estima vender una media de 38 millones de vehículos eléctricos anuales durante la próxima década. Disculpen mi escepticismo pero… ¿Estamos preparados?


El eléctrico es el futuro. Nuestro futuro, para todos aquellos que bebemos de este peculiar sector. Es obvio que han llegado para quedarse. Son vehículos sostenibles, seguros, incluso asequibles. Y cada vez prometen serlo más, con mayor autonomía (tal vez, su mayor traba a día de hoy). Pero hay que desarrollar infraestructura para soportar este crecimiento. Tenemos que desarrollarnos paralelamente: formarnos, equiparnos… No basta con querer crecer, hay que implicarse.


Volviendo a los datos, en 2015 en España había 1,45 millones de puntos de recarga (en 2010 tan sólo había 20.000). Pero, incluso con este potencial crecimiento, nuestro país aún requiere de un buen impulso. No nos engañemos, seguimos muy por debajo de los objetivos y de países líderes en eléctrico, como Noruega.


En Carsmarobe ya hace tiempo que nos movemos en torno al eléctrico. Nuestro departamento de desarrollo está creando nuevos contenidos e incluso gestionando varias pruebas piloto. La cuestión es no acomodarse y seguir la dirección del futuro que, como últimamente digo en muchas de mis intervenciones, ya es hoy; Nuestro presente.