EN PALABRAS DE JOSÉ MANUEL LLANOS: Downsizing
|EN PALABRAS DE JOSÉ MANUEL LLANOS: Downsizing
¿Qué es el downsizing?
A menudo, oímos hablar a la mayoría de fabricantes de automóviles, de esta nueva tecnología que están incorporando a sus vehículos de última generación, para reducir las emisiones de gases contaminantes y de efecto invernadero. Esta técnica consiste en mejorar la eficiencia de los motores para conseguir mantener las prestaciones del vehículo, reduciendo el cubicaje del motor, lo que se traduce en mantener la potencia (o incluso aumentarla en algunos casos) pero beneficiarse de un motor con menos cilindrada y por tanto, más ligero.
Si el motor es más pequeño y ligero, los cilindros son más pequeños, por lo que se necesita menos mezcla aire-combustible para realizar el ciclo de trabajo. Además cuesta menos energía que todos los componentes mecánicos se muevan (pistones, bielas, cigüeñal), lo que permite su funcionamiento con menos combustible, y por tanto reducir las ya mencionas emisiones de gases contaminantes y cumplir con las ultimas normativas Euro.
Para conseguir un rendimiento tan alto en motores de tan baja cilindrada, es necesario que los desarrolladores de los diferentes fabricantes consigan que el motor sea lo más eficiente posible en todas las fases de funcionamiento, incorporando o mejorando sistemas como la sobrealimentación, distribución variable, colector de admisión variable, o un control más constante de la temperatura de motor. Es por esto que se hace cada vez más necesaria nuestra formación en estos nuevos sistemas, como es el downsizing, para mejorar así la diagnosis y reparación de este tipo de motores cada vez más frecuentes en nuestros talleres.
¿Son todo ventajas?
Algunos ejemplos de aplicación de esta tecnología son el motor Eco-boost con 205 cv y 1.0 litro de Ford, el 2.0 litros turbo de volvo con 450 cv o el motor 1.4 litros con 170 cv del grupo V.A.G. Aún es pronto para saber cómo se comportaran este tipo de mecánicas a largo plazo, en cuanto a comportamiento y fiabilidad, pero todo apunta a que aprovechar el máximo rendimiento de los motores contribuirá a una menor duración de estos, aunque se mejoren los materiales y la fabricación de todos sus componentes. Algunas marcas como Mazda y Toyota se resisten a este nuevo concepto, y han conseguido cumplir las normativas anticontaminantes sin necesidad de incorporar este tipo de tecnología, manteniendo motores con altas cilindradas y motores aspirados (sin sobrealimentar). Parece que el downsizing ha llegado para quedarse, y desde los talleres tendremos que lidiar cada vez con este tipo de motores, con sistemas más complejos y más difíciles de diagnosticar (turbos en cascada, volumétricos), obligándonos a estar a la última en este tipo de sistemas.