Cuando uno dirige una empresa que además ha fundado, hay algo que siempre cuesta ver sin ese matiz personal y desde un perfil exclusivamente profesional: el equipo humano. Tal vez será la suerte que hemos tenido siempre en Carsmarobe, que hemos encontrado en nuestro camino de cerca de 30 años a grandes profesionales y aún mejores personas. Un equipo que ha dado y sigue dando sentido a esta empresa y que la ha llevado al puesto de liderazgo que hoy ocupa en su sector.

Hoy es un día agridulce. Agrio porque se marcha una de las mejores profesionales que ha pasado por las filas de mi compañía; La Responsable de Formación, Almudena García. Una mujer que lleva al pie del cañón más de una década, dando mucho y todo por Carsmarobe, que desde un inicio sintió como su casa y su familia profesional. No puedo tener más que palabras de agradecimiento para la que ha sido un pilar fundamental en el desarrollo de nuestro trabajo y en la toma de decisiones. Además de una persona magnífica y ejemplar compañera.

Es, por otro lado, un día dulce porque en su vida se abre una nueva etapa que estoy seguro que la colmará de felicidad y grandes logros, profesionales y personales. Y en Móstoles deja la puerta bien abierta a la que seguirá siendo su casa, pues profesionales de su talante no se encuentran todos los días. Y ella ha sabido ganarse un merecido puesto en nuestra estructura y en muchos de los corazones de los compañeros que la rodeaban.

Como bien comenzaba diciendo, en esta empresa hemos tenido la fortuna de rodearnos de personas muy valiosas, profesional y personalmente. Yo mismo, en épocas difíciles, he sentido esa valía y sentimiento de familia de primera mano. Es por eso que no podía despedirme de Almudena de otra manera que no fuera ésta, dedicándole mi editorial del mes de septiembre, el primero que viviremos sin “nuestra rubia marobiana”.

Ni adiós, ni hasta siempre, porque sé que vendrás a vernos a menudo y sabremos de ti cada día. Así que, ¡hasta pronto Almudena!