Un futuro eléctrico
Octubre y noviembre son meses verdaderamente activos en nuestro sector. El año se termina y hay que ponerle un buen broche. Aunque el cierre es siempre complicado, no debe tampoco descuidarse la preparación del próximo ejercicio. En definitiva, paso estas semanas entre aeropuertos, trenes y maletas. Y así, prácticamente acabo de aterrizar de mi última visita a Barcelona.
En casa o fuera de ella, llevo mi profesión por bandera, y con ella la pasión pero también manías de quien lleva toda una vida apegado al automóvil. No puedo evitarlo, observo, comparo y analizo cada coche, calzada y calle por las que paso. Y en la Ciudad Condal no podía ser menos. De Barcelona he traído en mi maleta la idea de un futuro que ya es innegablemente presente y que, antes o después, será tan habitual como cualquier otra tecnología. Me refiero al vehículo eléctrico. No es capricho. En los alrededores de la estación de Sants he visto por primera vez un taxi impulsado por baterías, sin intervención de un motor térmico. Bien es cierto que en Madrid son cada vez más habituales los Toyota Prius Plug-In Hybrid. Pero hasta la pasada semana no me había topado con un 100% eléctrico en servicio. Y es que, no podemos negarlo, es el futuro. Al menos el más próximo.
Entre el tráfico de la hora punta barcelonesa, en uno de los cruces más frecuentados paré en un semáforo junto a un E6 de BYD. Hasta entonces, un monovolumen absolutamente desconocido para mí. Me hizo pensar; No hay mejor sector que el del taxi para probar una tecnología. También investigar; los vehículos eléctricos tienen una serie de grandes ventajas frente a los convencionales, y parece que además están dando buen resultado. Los taxistas lo saben. Y aunque Barcelona lleva una evidente ventaja, en Madrid ya hay algún taxista que ha confiado en el Nissan Leaf para su trabajo diario. No sólo eso, también contamos con una flota de 500 Smarts bajo plan Car2Go, que además este mes de octubre ha superado los 112.000 usuarios (con una media de alquiler por coche de 12-15 veces diarias).
Los taxistas se adelantan al futuro. Las capitales españolas se adaptan al presente. Y las marcas bien lo saben. Son pocas ya las que no cuentan ya con una versión eléctrica en sus escaparates. Y es que se dice que “quien da primero, da dos veces” (de hecho, de las más rezagadas, Seat ya está preparando el suyo para 2020).
Me entusiasma ver cómo el mercado español se va abriendo a las nuevas tecnologías. Poco a poco, porque, no nos engañemos, nos está costando. Otros países europeos, como Noruega, nos llevan ya cuantiosa ventaja. Pero más vale tarde que nunca, y nuestros pasos, aunque discretos, ya marcan el ritmo. Eso sí, aún nos queda camino que recorrer: puntos de recarga, precios, autonomía… Algún que otro cabo que ir remendando.
Seguiré recorriendo España estos días y, ahora más que nunca, pondré mi ojo en esos coches silenciosos y de líneas modernistas que, poco a poco, afloran en las carreteras de nuestro país.