Motivar es ganar
Hace ya unos años que el término coaching se escucha en todos los rincones de nuestro sector y muchos otros. En realidad, de todos los sectores, diría yo. Coaching, un anglicismo de esos que tanto nos gustan en España y que, más allá de su etimología, es cada día más tangente y clave en el día a día de las empresas.
Coaching, aunque aún no sea reconocido por nuestra RAE, refiere al método por el que se acompaña, instruye y entrena a una persona o grupo de ellas para cumplir unas metas o desarrollar unas habilidades específicas. Y es que en el presente mundo laboral, cada día se buscan más personas capaces de adaptarse a cualquier situación que la empresa requiere. Se buscan empleados flexibles. Y la flexibilidad muchas veces tiene su pequeño, o gran precio. Ahí entra el coaching.
Sinceramente, hasta hace unos meses todo este mundo me era aún desconocido. Sí, siempre he sabido que motivar adecuadamente a un equipo de trabajo es clave en la buena organización de una empresa y el alcance de objetivos. A fin de cuentas, llevo más de 26 años dirigiendo Carsmarobe. Sin embargo, hasta hace poco no supe darle nombre a esa disciplina y a los nuevos tiempos que corren. No al menos hasta que escuché hablar por primera vez a Antonio Migallón, un gran profesional de todo este mundo. Y desde entonces, procuro no perderme un acto donde este experto en formación y desarrollo de profesionales, con más de 200 ponencias a sus espaldas, intervenga. De hecho, la última ha sido el pasado mes de abril, en Expocoaching, en IFEMA, destacada feria a la que espero volver el año que viene. Un espacio enfocado al mundo profesional, donde no sólo han tenido espacio distintos stands de empresas dedicadas a este mundillo, sino además una serie de interesantísimas ponencias de las que cualquier empresario puede sacar muchas claves para desarrollar su negocio. Para hacer coaching en su empresa. De hecho, que este encuentro estuviera enfocado sólo a profesionales me parece un absoluto acierto, pues profesionaliza la disciplina y le aporta un valor muy necesario. Porque el coaching no sólo está de moda, sino que hay que tomarlo en serio. Y es verdaderamente positivo en el desarrollo de un equipo, ya sea el de una grande, mediana o pequeña empresa. Un ámbito en el que aprender de las fortalezas, pero también de las debilidades. Trabajar para convertir lo bueno en excelente, siempre de cara al futuro. En Carsmarobe nos hemos visto, por mayor o menor fortuna, de cara a estas primas. A mirar con determinación hacia delante, contando siempre con una gran base del pasado. Pero siempre sabiendo gestionar el cambio. Y adaptándonos a él. Aquí nace el coaching, así lo he descubierto y así seguiré poniéndolo en práctica en mi empresa, donde esta nueva herramienta dirigida a aumentar la eficiencia y la productividad de una empresa, también se ha convertido en un pilar base del desarrollo de la mía.