Los Certificados de Profesionalidad tienen salida
Fueron alumnos de Carsmarobe y ahora son empleados. Los tres tienen su propia experiencia, su propia historia, pero también algo en común: decidieron apostar por un Certificado de Profesionalidad en la Calle Mercurio 1 de Móstoles. En Carsmarobe. Ciro, Víctor y Óscar son tres ejemplos de que la formación es la llave que abre las puertas del futuro. Los tres recibieron una formación que, junto con su actitud, les valió un puesto en la empresa de Formación y Asistencia Técnica;: Precisamente cubriendo puestos en el Call Center atendiendo a talleres de toda España.
Antes de comenzar el Certificado de Profesionalidad, Ciro trabajó en una empresa de renting de vehículos y acumuló una amplia experiencia en taller. Tras quedarse en el paro y alternar diferentes empleos, decidió reciclarse y ponerse al día. “Después de un tiempo sin trabajo, vi que si quería reincorporarme a la automoción tenía que volver a estudiar para reforzar la parte que más me costaba, la de electricidad”. De entre todas las opciones que tenía ante sí, incluida la realización de un módulo, decidió estudiar un Certificado de profesionalidad en Carsmarobe. “A diferencia de un módulo, en el Certificado haces la formación “del tirón”, y eso te permite aprender más. Es más fácil seguir el hilo y afianzar lo aprendido”. Añade que “tras acabar el curso, comencé a trabajar de repartidor. Entonces Rafael Gisbert, responsable del Departamento de Asistencia Técnica, me llamó para que me incorporara a su equipo. Al principio me costó un poco, aquí hay mucho nivel, pero con el tiempo me adapté muy bien”.
Óscar también trabajó en un taller antes de comenzar un Certificado de Profesionalidad. Hace poco más de año y medio perdió su trabajo. Fue entonces cuando comenzó a buscar cursos para seguir formándose y ganar oportunidades para reincorporarse al mercado laboral. Tras apuntarse al INEM, fue seleccionado para comenzar el curso de Mantenimiento de Sistemas Eléctricos y Electrónicos de Vehículos. Al acabar el curso, Óscar recibió una llamada de Carsmarobe. “Me dijeron que hacía falta alguien para Asistencia Técnica. Al principio fue complicado, porque toda la experiencia que tenía era en taller, no delante de un ordenador. Pero los compañeros me ayudaron a adaptarme”.
El caso de Víctor es algo distinto. Él nunca había trabajado en un taller. Sin embargo, sí había estudiado un curso de Inyección con Carsmarobe. Tras varios trabajos, se decidió por la mecánica y el centro de formación mostoleño. “Mientras estaba estudiando, sin haber terminado el curso, me dijeron que si quería incorporarme a la empresa. Desde luego acepté. Empecé a media jornada, y pude compaginar perfectamente las clases con el trabajo. A día de hoy aún tengo que hacer algún curso más, pero la adaptación ha sido perfecta”.
Ciro, Oscar y Víctor son tres ejemplos de los muchos que podemos encontrar hoy día. Decidieron aprovechar su situación para formarse o reciclarse, y reintroducirse así en el mercado laboral. Sus ganas de aprender y de trabajar sirvieron para que pudieran encontrar una nueva salida profesional. Ellos entraron en Carsmarobe, y otros muchos han conseguido encontrar trabajo gracias a haber estudiado una formación que cada día tiene más futuro.