Concluye una temporada de F1 descorazonadora


El Gp de Yas Marina ha cerrado una temporada de F1 sin más alicientes que la de ver cuál de los dos Mercedes iba a ser campeón. Además del poco espectáculo en pista, la F1 ha sufrido un gran azote fuera de ella. Muchas son las voces que se han alzado pidiendo mayor libertad reglamentaria, y más posibilidades de desarrollo. Algo que no habría venido nada mal al equipo de Fernando Alonso. El motor Honda ha sido un rotundo fracaso. Mclaren ha completado la peor temporada de su historia, quedando sólo por delante de Manor en el mundial de constructores. La falta de fiabilidad y de potencia ha lastrado a un equipo que a mitad de temporada esperaba estar luchando por victorias. Visto lo visto, muchos ya se plantean si ese objetivo será factible la temporada que viene. Mucho tendría que mejorar el motor nipón para poder hacer frente a las flechas de plata.


Mclaren-Honda ha hecho una temporada para olvidar, y a la escudería anglo-japonesa le queda mucho trabajo por delante. Pero si mala es la situación de Mclaren, poco mejor es la de Red Bull. Esta temporada han ofrecido un rocambolesco espectáculo, desacreditando continuamente a Renault, su proveedor de motores, por la falta de competitividad de este. Una situación que les llevó a la ruptura durante varios meses. Ante la negativa de los demás fabricantes de venderle motores al equipo austriaco, muchos vieron a Red Bull fuera de la F1. Por ello, es muy probable que se traguen sus palabras y que el año que viene monten Unidades de Potencia Renault, aunque renombradas, probablemente como Infinity, marca de lujo de Nissan.


Pero no todo ha sido malo. Este año hemos podido disfrutar de tres españoles en la parrilla de salida en la mayoría de los GPs. Al veterano Alonso se han unido las promesas Carlos Sainz y Roberto Mehri, pilotos de Toro Rosso y Manor, respectivamente. Ambos han llamado la atención por su conducción, pero diversos problemas han lastrado su temporada.


La temporada que viene se espera que sea de transición hacia un brusco cambio en 2017. El reglamento técnico volverá a cambiar para intentar dar un nuevo soplo de aire fresco a un deporte que ve como cada año hay menos gente en las gradas.